Tormentas de vino y de lágrimas

Hay veces que olvido en algún lugar perdido las ganas de vivir. Puede que suene estúpido, o tal vez no, pero hay días en que la mejor opción resulta huir de la vida. Hay días que siento que este mundo cruel me asfixia y trato de salir a flote cuál Titanic. Otros días siento que la brisa inunda mi vida y que, por fin, consigo respirar. Mi vida son tormentas de vino y de lágrimas, copas calladas y risas ahogadas, besos robados y abrazos sin respuesta...pero, entonces, recuerdo dónde huyeron mis ganas locas de ser feliz y trato de encontrarlas. A veces consigo la respuesta, otras no.

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